El francés, una lengua amorosa

Tengo un alumno francés a quien enseño el castellano, y va muy bien pero hay una cosa que le da quebraderos de cabeza.

En castellano decimos me gusta nadar, en francés se dice j’aime nager.

De igual manera decimos me gustan los chicos, en francés se dice j’aime les garçons.

En el segundo ejemplo, en castellano, el verbo gustar está en tercera persona del plural y sin embargo el verbo aimer sigue en la misma persona (primera del singular, je).

Y esto es lo que le vuelve medio tarumba. Su primer impulso sería decir me gusta los chicos. Algunos veréis dónde está el quid de la cuestión: en me gustan los chicos  el sujeto  es ¡los chicos! Y sin embargo en j’aime les garçons el sujeto es je, les garçons tiene la función de objeto directo.

A mí esto me ha dado que pensar.

La traducción de esta frase al francés no sería pues una traducción literal. Es decir, no es una equivalencia total del significado. Esto pasa en muchos casos, pero este en concreto me llama particularmente la atención, os explico por qué.

En francés, es el je quien hace la acción, je  es quien está actuando, quien pone en marcha algo, quien mueve algo hacia un objeto, les garçons.

En castellano, sin embargo, los chicoses quien hace la acción, quien está actuando, quien pone en marcha algo hacia alguien, a mí. 

En me gustan los chicos, los chicos son quienes ejercen una acción sobre mí, es decir me convierte en receptora de la acción en esta historia. Yo voy por la vida y algo me sucede, algo me afecta.

En j’aime les garçons, yo estoy activa, amo a los chicos.

Es muy curioso pararse a pensar en esto. Si aceptamos el hecho de que la lengua te construye, podríamos extrapolar y decir que los franceses y las francesas son dueños de sus afectos y sin embargo los españoles y las españolas somos esclavos de ellos.

Lo que acabo de decir es por supuesto una tremenda mentira.

En los roles de dueño y esclavo es muchas veces difícil discernir quién ejerce el poder sobre quién.

¿Qué poder tiene quien es afectado por algo/alguien? ¿Y qué poder tiene quien afecta a algo/alguien?

Llega el momento de la conclusión para esta reflexión pero, si os digo la verdad, no he llegado a ninguna conclusión. A veces comienzo a tirar del hilo de alguna madeja y … y llega un momento en el que he de irme a hacer otra cosa y ya no sé si estoy tirando del hilo con el que empecé o he empezado a tejer con otros hilos que me he encontrado por el camino.

Porque no todo se ajusta a lo que se espera y porque a veces es mejor dejarlo para más tarde, me permito pues dejar de escribir con una conclusión inconclusa.

Bea Setién, Academia de francés OLAFRANCE